Posteado por: Comunidad Politica | 28 agosto, 2010

«Construir una Argentina distinta» por Carlos Gil Ravelo

«Creemos apasionadamente en la necesidad de construir una Argentina distinta donde al fin confluyan los sueños individuales y los colectivos» (Declaración fundacional de la Comunidad Política).

 

Los sueños individuales y colectivos se encarnaron una vez y todavía permanecen para algunos de nosotros – aunque no sabemos hasta cuando – en ese movimiento que llamamos Peronismo.

Y esos sueños fueron tan potentes que han sobrevivido, a pesar de muchos de sus dirigentes y aún de la desaparición física del General Perón y de Evita (Eva Perón), en el alma profunda de gran parte de nuestro Pueblo.

Esos sueños se expresaron en una consigna, una proclama, un proyecto: construir una Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana. Lo esencial del sueño permanece pero sus formas y su contexto han cambiado.

Seguimos aspirando ¿quién no?, a una sociedad más justa pero… ¿cuál es el criterio de justicia? En una sociedad cada vez más individualista y menos solidaria, crecientemente meritocrática, tiene primacía el criterio de justicia equitativa: a todos y cada uno según lo que se merece.

Bajo ese paradigma, si alguien progresa es porque se ha esforzado y trabajado para ello, y si algunos no lo logran será porque no se han esforzado lo suficiente o han sido incapaces de comprender los cambios:  esto es el más crudo darwinismo social.

En cambio nuestra visión de Justicia debiera ser también distributiva: a nadie menos de lo que necesita. Para que la exclusión, la marginalidad, el hambre, el deterioro y la muerte no nos golpeen la conciencia y el corazón, con los que viven en la calle, con los niños que cartonean junto con sus padres mientras los hijos de otros juegan con la playstation.

Ese es el desafío histórico al que desde siempre debemos dar respuesta: ¿qué hacemos por nuestro prójimo? Y no sólo para asistirlo, sino para caminar a su lado y compartir sus anhelos, porque todavía los tienen, de una vida más digna, construyendo una Nación más justa.

La caída del muro de Berlín y el fin de la bipolaridad Estados Unidos vs. Rusia, reemplazada por una multipolaridad implicó la superación de la Tercera Posición, expresada en una economía libre que no respondiera a ninguno de los bloques imperiales y atendiera solamente a los intereses nacionales. Y esa aspiración: primacía de los intereses nacionales por encima de los intereses individuales, el bien común por sobre el bien personal, debe seguir inspirándonos para buscar nuevas formas de crecer y aprovechar nuestros recursos de manera sustentable, pensando en el largo plazo para formular políticas de Estado que superen y congreguen las diferentes expresiones políticas partidarias.

El fin de la utopía Stalinista y sucedáneos, implicó también que nuestra soberanía ya no debiera necesariamente alinearse con uno u otro bloque. Pero la dominación ha adquirido, después del fracaso de las doctrinas de la seguridad nacional y continental y las dictaduras que la sostuvieron, formas un poco menos agresivas, un poco más sutiles.

Tal es la propuesta de modelos de desarrollo que se inspiran en un consumismo hedonista sin límites, fundado en una penetración cultural que justifica y legitima la indiferencia y el desinterés por la suerte de los demás. Hoy no necesitamos proclamar nuestra soberanía política sino hacer de nuestra política algo más sólido, más institucional, más transparente, con menos “negocios” y más bien común. Una política con líderes al servicio del Pueblo y no dedicados a la acumulación de poder y la permanencia.

Construyamos una Argentina distinta pero con una identidad propia, que rescate nuestra historia de éxitos y fracasos, que supere la dicotomía de réprobos y elegidos, que nos atrevamos a mirar a los otros como prójimos, eventualmente como adversarios pero nunca más como enemigos.

Que sepamos, no explicar por qué nos pasó lo que nos pasó, para repartir culpas y reproches, sino capaz de perdonarnos mutuamente, comunitariamente, para poder construirla sobre roca y no sobre arena.

Yo quiero construir una Argentina socialmente más justa y solidaria, económicamente desarrollada y sustentable y políticamente madura, respetuosa y honesta.

Será por eso que lo escribo en el mes del fallecimiento del Gral. Don José de San Martín, Padre de la Patria y Libertador de América.

 


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